Pese a lo macabro del título de esta entrada, nada más lejos de la realidad, el grupo fue casi toda la noche a un ritmo, muy, pero que muy VIVO. Partimos 16 liebres pasadas las 21.20 horas en dirección a los Derramadores y tomamos el camino viejo de Caudete que nos hizo pasar por la Hoya Hermosa y los Hitos, desde donde iniciamos el acercamiento a nuestro destino de ayer noche, el Arabí. Llegamos al pocico de la Buitrera y nos desviamos hacia la derecha (gracias al GPS de toda la vida) para llegar a la Finca de las Ramblas y a continuación pasar por el Barranco de los Muertos. Este es, según dicen los expertos, uno de los mejores sitios de todo nuestro término para poder realizar cacofonías donde algunos han podido comprobar que quedaban grabados en sus magnetófonos gritos, quejidos y lamentos de seres (ya fallecidos) que purgan sus pecados por esta zona, donde dicen se libró una cruenta batalla hace siglos entre cristianos y musulmanes, de ahí el inquietante nombre de este singular barranco que mejor pasarlo por el día que solo por la noche. Lo cierto es que anoche nadie oyó nada, salvo los gemidos y suspiros de las respiraciones entrecortadas de un pelotón con un ritmo muy vivo por un barranco muy muerto. Ascendemos posteriormente en dirección a la casa del guardia, donde nos espera un ligero tentempié en los parterres colocados a tal fin. Foto de rigor y continuamos la marcha hacia la casa del Conde (casa de D. Lucio), de allí hacia la zona de los Pajonares rumbo al camino Madrid. En la zona de las Atalayas, surge el imprevisto de la noche, una rotura de cadena, que se repara con gran rapidez (unos ¡¡¡20 minutos¡¡¡) y es que por el día resulta más fácil y la noche nos confunde a todos. Vuelta rápida, como no podía ser de otra manera y a las 00.20 de un ya viernes 25 de mayo, el grupo llega a su punto de partida con unos 54 kilómetros recorridos y la satisfacción de haber pasado otra noche magnífica en muy buena compañía.
2 comentarios :
Muy agudo, Fancis. Y lo de la cadena, "pa qué las prisas". Menos mal que Leo llevaba un cierre rápido, que si lo llega a llevar lento... Pero es cierto, nos pasa como a aquél, que "la noche nos confunde".
Jajajajaja ,muy buena crónica solo a falta de la liebre atropellada.. Leo
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