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martes, 28 de abril de 2015
VÍA VERDE DEL NOROESTE EN BTT
domingo, 26 de abril de 2015
Ramblas Sierra Salinas: 60 kilómetros obstáculos.
Para hacer menos monótono el trayecto de ida hemos pasado primero por Las Virtudes para hacer la senda del Cabezo, primer obstáculo de la prueba de hoy. Ha sido la primera vez que Las Liebres protestan airadamente por el estado de una senda. Total, por unos ligeros arañazos de nada. No obstante, y como secretario del Club, elevaré una protesta formal ante el Ayuntamiento de Villena solicitando que envíen una cuadrilla con azadas y tijeras para adecentar el entretenido paso.
A continuación enlazamos con el paraje de El Zaricejo por su camino, donde encontramos trampas de arena haciendo las veces de la ría, a falta de charcos o corrientes de agua, que se las han llevado todas a la costa alicantina para dar de beber a los turistas.
Un poco más adelante nos topamos con las dos primeras vallas, puestas por un paisano para hacer suyo un camino público. Cruzamos otra ría sin agua y nos dirigimos hacia Salinas al llegar al asfalto. Es en este tramo donde se halla el obstáculo más difícil de superar de todos. Pasada la curva del Torero es irresistible el magnetismo que ejercen los cantos de sirena que invitan a bajar al parque de las ramas y almorzar sentado admirando las vistas. Pero no hay nada que pueda detener a las liebres hacia su destino y tomamos el camino correcto y no el de la perdición; el que se dirige hacia el Barranco de la Boquera, en el que superamos otras dos vallas y alguna pequeña cuesta sin importancia antes de almorzar.
Hacemos los San Marcos en el bonito rincón de la foto con barritas y ciruelas pasas a falta de huevo y rollo.
viernes, 24 de abril de 2015
Tobarrillas III
miércoles, 22 de abril de 2015
Ruta Yecla-Camarillas-Yecla con los Gavilanes.
Aquí tenéis la información por si alguno está interesado.
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Etapa en Mountanbike Yecla/embalse de Camarillas 133 km, aprox, | ||||||||||||||
salida 25/04 06'40 h. almuerzo en el embalse, llegada aprox. a Yecla sobre las 14'15 h., | ||||||||||||||
Coste de 6'00 €, que incluyen (almuerzo "bocadillo y cerveza o refrescos" | ||||||||||||||
Avituallamiento de líquido y frutas, en distintos puntos del recorrido, furgón de apoyo) | ||||||||||||||
a | al regreso a Yecla los que estemos interesados comeremos en un restaurante, | |||||||||||||
comida a escote, coste aprox, 15'00 € fecha limite de inscripción el 23 de abril. |
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En la tienda de Ramón "Ciclo Sport" se podrá realizar la inscripción. | ||||||||||||||
Para mas información: Preguntar por Juan al 667-776953 o Antonio al 659-545188 | ||||||||||||||
o bien por mail a: losgavilanesbtt@hotmail.com | ||||||||||||||
mas información en: www.losgavilanesbike.blogspot.com | ||||||||||||||
martes, 21 de abril de 2015
Buena ruta, buen ritmo y buena gente.
Ésta de los Molinos de Tobarrillas es de las nocturnas que no aburren nunca. Terreno variado, exigente y cambiante donde si no vas atento a los cruces de poco sirve ir delante. Sobre todo en el pavés de la Loma de Valentejos, que tanto nos gusta para terminar.
viernes, 17 de abril de 2015
Manos arriba...
miércoles, 15 de abril de 2015
Mala foto, buena ruta.
Una cadena rota en la Rambla de Vera nos ha obligado a recortar la ruta. Una verdadera suerte. Antes de abandonar los Gavilanes, hemos tomado la senda que faldea hacia el Pozancón y nos ha quedado una salida redonda. Lástima que la foto no ha haga honor a la ruta.
domingo, 12 de abril de 2015
El Cid y su Silla. ¿Pies, para qué os quiero?
Otro sábado más, con un tiempo incierto, nos desplazamos fuera de Yecla en busca de nuevos territorios por conquistar.
Al final fuimos ocho los que empezamos el acercamiento a la Sierra del Cid a través de un monótono laberinto asfaltado entre chalets que se extienden hasta donde el terreno de empina de verdad y ya no nos dará tregua en bastantes kilómetros.
La subida arranca por una pista que hace años estuvo asfaltada. En algunos tramos hormigonados se acentúa el duro castigo para las piernas que supone alcanzar la cuerda de la Sierra, donde ya se disfrutan unas magníficas vistas, hoy difuminadas, entre el mar y las sierras alicantinas.
Acabado el asfalto, posiblemente de tiempos de Adriano, como el de la carretera de Fuente Álamo, un destrozado camino, en el que cualquier descuido te puede llevar a al suelo, recorre el borde del cantil hasta la cumbre del Cid, cuya subida se pone imposible en un trecho que todos tenemos que hacer andando.
El trayecto de bajada está peor que el de subida, o así lo parece. Tras varios sustos en la piedra suelta, algunos haremos gran parte de la bajada a pie.
Sigue la cosa con menos pendiente y disfrutando por caminos cojonudamente malos hasta llegar a la encrucijada donde hay que tomar una decisión: ¿subir o no subir?, a la Silla del Cid. Y, a sabiendas de que hay que empujar, la decisión es unánime. En este tramo, el camino es cojonudamente peor. Y la senda que le sigue, cuando se deja hacer, va bien. Ahora, cuando no se deja y puedes desviar la vista de la trayectoria correcta, resulta inquietante ver el balcón que se presenta por la izquierda.
A al final llegamos arriba y compartimos el espacio del almuerzo con senderistas y escaladores que a la vez que nos miran se preguntan que se nos habrá perdido allí arriba a nosotros. Yo, a ratos, también me lo preguntaba.
Ya habíamos subido, almorzado y el instante se había inmortalizado. Y se nos presenta otro dilema ¿bajar por donde habíamos subido o por esa otra alternativa, más corta pero un poco más técnica, que conoce Andrés? Ni que decir tiene cual fue el resultado de la votación. Y aquí me veo otra vez bajando con la bici del ramal, echando en falta la cuerda fija y maldiciendo al que inventó las zapatillas con calas. Otra vez que venga, me echo las chirucas a la mochila y me cambio de calzado para hacer este tramo.
Tras terminar de desandar el camino hasta la encrucijada, nos asomamos de nuevo al balcón, ahora por la derecha y con vistas a levante, que acompaña la senda que definitivamente baja de la Sierra para volver a los caminos que la rodean. La senda hay que bajarla con mucho tiento, y, mientras no se suaviza la pendiente, andando. Acabando la última de las incontables curvas imposibles, se puede volver a disfrutar del descenso. Pero sin entusiasmarse demasiado, que la salida a la pista es traicionera de verdad.
Visto que en el Cid he gastado más suelas que ruedas, necesitaré volver a leer el capítulo dedicado al descenso del libro de "Técnicas de BTT" porque, evidentemente, no me ha quedado del todo claro.
Una tras otra se recorren sendas que descienden por las faldas del Maigmó, que a mi me parecían todas cuesta arriba sin serlo. El terreno, muy propicio para las de 29 y más todavía para las de 26, se nos atragantó bastante a los de 52. Menos mal que todo suplicio tiene un final y el nuestro llegó alcanzando la pista que lleva al Collado de Amorós y Alto del Ponce, con durísimos porcentajes en hormigón de esos que hacen las delicias del buen aficionado. Nada como unas buenas cuestas por pistas hormigonadas para ir relajado.
Pero todo no podía ser sacrificio y había llegado el momento de disfrutar. Ahora sí, la parte final era todo bajar y bajar. Primero por senderos muy rotos hacia la Ermita de la Purísima. Después, con buen piso, más sendas por el barranco de Badallet, que termina por convertirse en una gravera complicada por la que evoluciono a trompicones. También tengo que repasar el capítulo del libro que hablaba de "dejar fluir el sendero", a ver si termino de entenderlo.
Un corto enlace asfaltado y nos metemos en la Rambla de Pusa. Aquí llama la atención el lecho rocoso, que se asemeja al firme de una calzada romana, y la variedad de sorprendentes rincones que encontramos a nuestro paso. Y sobre todo, la corriente de agua que nos acompaña durante los últimos kilómetros, en la que nos mojamos y disfrutamos como enanos hasta volver a entrar en Petrel, donde nuestra ruta se acaba.
Como el lector ha podido intuir, no es esta una ruta para quienes hace poco que compraron su primera bici de montaña. Superada la dureza de la ascensión inicial, el terreno en toda la Sierra de Cid es extremadamente duro y abrupto. No obstante, llegar a lo más alto, subido o al lado de nuestra bici, es siempre muy gratificante.
La zona de La Rabosa, en el sentido que se hace, se vuelve técnica y exigente. Sobre todo porque las piernas recuerdan el castigo del la primera parte parte de la ruta y se hace difícil encontrar ningún ritmo llevadero por los contínuos repechos y escalones de las sendas y la fuerte pendiente de las pistas.
viernes, 10 de abril de 2015
Otra clásica..
miércoles, 8 de abril de 2015
Convocatoria de salida: EL CID Y LA SILLA DEL CID.
En este otro enlace está toda la información de la ruta:
http://clubbttlasliebresyecla.blogspot.com.es/2014/03/el-cid-y-mesa-del-cid-btt.html
Datos prácticos:
Distancia: 42 km
Desnivel acumulado: 1.460 m Altura máxima: 1.145 m
Tiempo en movimiento: 04:25 h Velocidad media (mov): 9,7 Km/h.
IBP: 145
Dificultad física y técnica Alta.
Observaciones: Tramo de porteo (bici-trekking) en el ascenso y descenso del Cid y Mesa del Cid, así como algún tramo puntual del resto del recorrido. Ciclabilidad: 96-97 %.
AQUÍ EL TRACK DE LA RUTA:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6301802
La salida será a las 7:00 (en punto) desde el sitio de costumbre, la Avenida de Córdoba.
Volveremos a comer a Yecla, aunque sea tarde.
Quien quiera acompañarnos, que ponga un comentario, indicando la disponibilidad de vehículo en su caso.
Territorio jabalí.
Vuelta rápida y fresca, con uniforme de invierno. Por el hondo del campo, la Bronquina, y las faldas del Serratejo y la Sierra de Salinas. Con vuelta por el Portichuelo, la Alberca y el camino de Abanilla. No hemos visto al jabalí, pero los campos recién abonados nos han recordado su inconfundible aroma.
sábado, 4 de abril de 2015
Se acabaron las empanadas.
Tres días consecutivos almorzando lo mismo terminan por cansar a cualquiera. Por suerte hoy sábado, en las faldas del Carche, y después de recorrer viejos caminos y resbaladizas sendas por las inmediaciones de Pisana, algunos hemos acabado las existencias de empanadas de esta campaña 2015.
Los casi 290 km programados por el Club esta Semana Santa han finalizado por las faldas de la Sierra de Salinas y el camino de Abanilla. Ahora empieza la marcha atrás para los próximos eventos del calendario: PEDALES de ALCARAZ II y la IV Vuelta al Término. A entrenar, que los tenemos encima.
viernes, 3 de abril de 2015
Vuelta a la Laguna de Pétrola.
Hemos partido a las siete y algunos minutos de la mañana en dirección a Montealegre, siguiendo en parte el Camino de Santiago, tomando en el Pulpillo nuestra variante favorita que sigue la rambla que viene de las Casas de Almansa.
Tras cruzar la carretera, el paisaje cambia ascendiendo las secas estepas dominadas por el esparto y algún que otro pinar joven repoblado en el que las perdices engordan con los cuidados de quienes más adelante les darán caza. El camino terrero llega a su punto más elevado y da comienzo un cómodo descenso que nos acerca al pueblo vecino. A unos 3 km de las primeras casas, el camino aparece asfaltado y comienza a ascender de nuevo en uno de más aburridos, aunque corto, tramos de la ruta.
Tras cruzar Montealegre, salimos por una vía rural que dejaremos pronto por un camino, hoy desaparecido bajo los aperos de un desaprensivo, que nos ha puesto un poco nerviosos. Pero 200 metros de bancal no son suficientes para detener a Las Liebres y hemos recuperado nuestro trayecto, más o menos paralelo a la carretera de La Higuera, por el que hemos superado sucesivas colinas pobladas de atochar y monte bajo, por una entretenida sucesión de carriles y veredas que han hecho muy amena la llegada a las Salinas de la Higuera.
La explotación de sal me ha desencantado un poco bastante. Las balsas de salmuera tienen ahora el aspecto de embalses de riego en los que domina el color negro de los plásticos impermeabilizantes. Será cosa de la modernidad; en fin, poco podemos hacer. Quizás por el contraste, la Laguna de la Higuera, poblada de aves acuáticas, me ha parecido un lugar con un encanto especial y su entorno, ondulaciones tapizadas de cereal dominadas por las bucólicas ruinas de una edificación abandonada, digno fondo de pantalla de cualquier ordenador personal.
Tras observar la laguna de la Higuera y su entorno, dejamos la carretera y tomamos una sucesión de pistas y caminos que nos conducen al caserío de Puerto Pinar, desde donde nos adentraremos en la Loma Larga y su parque eólico, que pronto abandonamos camino de la Hoya de Juan Blasco y la Charca del Fraile, otra laguna, mucho más pequeña, donde volvemos a ver numerosas aves acuáticas. Desde aquí, un par de kilómetros de inevitable carretera y ya estamos, apenas pasadas las 10 de la mañana, en Pétrola.
Nos acercamos a la Laguna Salada de Pétrola y junto al observatorio de aves reponemos fuerzas y admiramos el entorno mágico y misterioso que crean el paisaje y el cielo reflejados en las quietas aguas de la laguna, que en esta tranquila mañana de primavera eran un perfecto espejo.
Como el objetivo de la ruta era hacer algo de penitencia con la excusa de rodear la laguna, nos hemos salido de la cómoda pista atravesando inciertos caminos pantanosos entre hierbas, juncos, pequeños arroyos que entregan su agua a pocos metros de nosotros y orillas de terrenos más o menos cultivados. Tras momentos de incertidumbre y no sin decisión y fe ciega el en GPS, hemos salido de nuevo a la civilización emprendiendo el camino de vuelta, volviendo a pasar por Pétrola, última población que veremos hasta llegar a Yecla.
El retorno empieza con una recta de 6,5 km que nos ha devuelto al parque eólico de la Loma Larga por su parte sur y después, en un agradable descenso por parajes boscosos, a Puerto Pinar. Un continuo de viejos caminos y veredas perdidas nos van acercando a Fuente Álamo, que quedará a nuestra derecha al cruzar la carretera nacional junto a la Rambla del Escaramujo.
A medida que nos acercamos a nuestro Altiplano, el cereal deja paso a la vid y se vuelve al paisaje duro y áspero del campo arriba. Por caminos, ya casi polvorientos pese a las no tan lejanas lluvias, y con el Monte Arbí de fondo, llegamos al caserío del Morteruelo; última parada para reponer algo de fuerzas, cuando ya llevamos 95 kilómetros en nuestras piernas.
La marcha se reanuda por un sorprendente y bonito entorno de perdidos caminos rocosos que llegarían al Arabí si la Rambla del Morteruelo no se cruzase en su camino. Y aunque hay que atravesar veinte metros entre matorrales para llegar a ella, nos espera la senda de la Rambla, hoy en un estado inmejorable, y que ha puesto un insuperable colofón a una fantástica ruta.
El resto ha sido volver por la Casa de Don Lucio, Atalayas y Camino de Madrid, donde todavía algunas Liebres han sacado las últimas fuerzas, que guardaban para la ocasión, y han puesto en marcha la locomotora llegando a Yecla antes de que diesen las dos de la tarde.
Ha sido esta una ruta que nos ha sorprendido, gratamente, a todos. El estereotipo de unas tierras manchegas dominadas por aburridas llanuras se desmorona en estos días de primavera en los que las surgencias de agua, que atraen una variedad de aves incontable, y el verde de los cultivos de cereal entre lomas de pinares o jalonados por encinas centenarias, crean un entorno ideal para disfrutar, de una manera tranquila, del inmenso placer de conocer otras tierras sin más impulso que las propias fuerzas y el afán de superación.
Datos de la ruta:
Distancia total 120 km.
Ascensión acumulada: 850 m.
Dificultad técnica: baja.
Dificultad física: alta. (120 km son 120 km)
Se puede reponer agua en Pétrola: fuentes públicas próximas a la iglesia.
En época de calor, el recorrido puede ser extremadamente agotador.
Track de la ruta:
jueves, 2 de abril de 2015
Pasión por las sendas.
"7. f. Apetito o afición vehemente a algo."
Esta es la séptima acepción de la palabra "pasión" que recoge el diccionario de la RAE. No se puede definir mejor lo que Las Liebres sienten por las sendas subidos en los sillines de sus bicicletas.
Es anunciar una salida con abundantes sendas y la participación de dispara. Esta mañana del Jueves Santo la ruta era de sendas y he contado 17 en la salida. Con los antecedentes de las recientes lluvias, apetece más que nunca disfrutar del terreno en buen estado. Pero la palabra escrita tiene muchas lecturas, y la pasión que nos esperaba no era la de la séptima sino la de la primera acepción del diccionario:
"1. f. Acción de padecer"
Porque la ruta ha sido dura de verdad. Aunque recorrer en sentido inverso lugares por los que pasamos constantemente tiene un encanto parecido al de descubrir sitios nuevos.
La primera senda, en dura subida, la de la Casa Jaime al cortafuegos de Jódar. Si alguno andaba un poco despistado, ha podido hacerse a la idea de lo que tocaba hoy.
Seguimos por la senda de Los Tanos hasta Cirote, que a mí, da igual el sentido, siempre me parece cuesta arriba. Para disfrutar una bajada rápida por senda hasta el camino.
Hemos buscado las casas de Catín y hemos disfrutado, a mí me lo ha parecido, de un bonito camino medio abandonado entre encinas y tapizado de verde. Para buscar la senda que baja a Olula, donde algunos, los menos, han podido exhibir su control absoluto del manillar superando escalones rocosos.
Tras el almuerzo en la Fuente de Olula, otra senda en subida, con un par de tramos de meter bien metidos los riñones. Y por la pista de El Paraíso, llegamos al Granillo, último Gólgota que teníamos que superar. Un camino con fuerte pendiente que va de más a mucho más terminando por la senda que siempre baja la Inmortal, pero que nos hemos empeñado en subir a costa de lo que sea.
Bajando de Santa Bárbara obtenemos el merecido premio por una fantástica senda, no apta para principales, que termina en el camino de El Paraíso.
Una modificación en marcha y terminamos la mañana bajando por la Senda de los Jinetes y su continuación por la Rambla.
No es lo mismo tener afición a las sendas que padecer en las sendas, aunque la ambigüedad del lenguaje pueda definir ambas cosas con las mismas palabras: "pasión por las sendas". Que cada cual se quede con la acepción que más le guste de esta D-27.
miércoles, 1 de abril de 2015
Los otros farolicos.
Bombillas de seis voltios y pilas de petaca fueron las precursoras de lámparas led y baterías de litio. Y a falta de santo o estandarte que perseguir, purgamos nuestra falta de entrenamiento intentando no perder la rueda del que llevamos delante. Una forma como cualquier otra de hacer Santa, tanto o más que el resto, esta noche de martes: los Tres Puertecicos y el postre, volviendo por la Flor.