Entre una ciclogénesis explosiva y otra, hemos tenido la fortuna de encontrar una ventana de buen tiempo que nos ha permitido disfrutar de una magnífica etapa nocturna por la Loma de los Caballos y Casa del Boticario, siguiendo una sucesión de caminos cojonudamente malos, a cada cual peor, que son donde los liebres lo pasamos mejor. Punto. Y final.
3 comentarios :
¿Cómo se os ocurre? ¡Delincuentes medio-ambientales es lo que sois!... y la mayoría reincidentes.
Los espacios naturales deben reservarse para otros colectivos que lo respetan y gestionan mejor, y no para los ciclistas que son ...
No semos delincuentes, semos enfermos... es que la droga es mu mala...
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