Salida nocturna de lo más entretenida. Los trece de la foto, unos con más desazón que otros, estuvimos hasta casi las doce recorriendo los vericuetos más recónditos de la Hoya de la Mansorrilla y sus alrededores.
Partimos por el Camino de las Artesillas hacia la Dividilla. Llegando a las casas tomamos rumbo a la Casa de Palo, por un antiguo camino que cruza la carretera y nos lleva a los Altos del Temprano y de Caudete.
Aquí tomamos la archiconocida senda hacia la Rambla de Rovira, que no seguimos esta vez, y nos dirigimos a la Casa de Roscao, desde donde nos aventuramos por un desaparecido camino que nos dejó en las ruinas de la Casa de los Yesares, en la que nos hicimos la foto. Aviso: el tramo pasa por unas colmenas, es difícil de seguir y la vegetación está muy cerrada. Pero se compensa con el siguiente rato de diversión por la Senda de la Yesera en su tramo inicial, sin apenas dificultad técnica.
Siguió un recorrido por diversos rincones y sendas de la Hoya de la Mansorrilla que, aunque de sobra conocidos, de noche parecen un mundo distinto.
Llegamos a la penúltima senda, la del Monte de Álvaro, donde se produjo la desbandada del grupo, lo que demuestra la nula fe que tenían anoche las liebres en su guía. Los seis supervivientes superamos la senda y el destrozado camino de bajada y volvemos a dejar la pista de inmediato para tomar las últimas sendas y bancales, recién labrados, por cierto, hasta la Casa de la Arboleda y vuelta a Yecla por el Camino Viejo de Caudete.
Todo un placer, al alcance de muy pocos, pasar un rato con esta tropa sin igual.
Nos vemos mañana.
Texto: Juan Ramón.
Foto: Manolo Lidó.
1 comentario :
Os haceis fotos en sitios "curiosos" cuando no puedo salir.....ya me direis donde esta. Nos vemos en las 18.
Publicar un comentario