domingo, 20 de enero de 2013

SALIDA MORRÓN-VINALOPÓ. Mal tiempo; buena cara.

Ayer sábado se dio cita un numeroso grupo dispuesto a desafiar a la ciclogénesis explosiva sin más armas que la fuerza de sus piernas ni más defensa que el casco y las gafas.
Por la Vía Verde del Chicharra, rumbo al primer destino, el Alto del Morrón, el tiempo nos mostraba una cara apacible. Casi tentadora. Con un moderado viento a favor, la temperatura era agradable y no presagiaba que fuese a llover. La ciclogénesis esa parecía otro bulo informativo liberado, una vez más, para distraer la atención de los ciudadanos. Esta vez del escándalo de los que impunemente  han robado el dinero de nuestros impuestos para amasar sus propias fortunas.

El salero viejo. Foto Jaime Arboleas. 

De manera que silbando la canción de Verano Azul llegamos a las inmediaciones de los Saleros de Villena, donde parte del grupo tomó rumbo a La Toconera. Poco más adelante nos adelantó un grupo de conocidos, entre ellos alguna liebre, en sus monturas de carretera. Cruzamos trenes y autovías y, casi sin enterarnos, nos hemos plantado en el camino empinado que al final, convertido en senda, llega al alto de la Sierra del Morrón. Subida accidentada, con algún problema mecánico y físico sin importancia motivo de que nos adelantase un par de veces un corredor de montaña que remontaba también el Barranco del Puerco con la agilidad de un gamo. Y almuerzo en lo alto, al resguardo de unos enebros, a base de barritas y viento, soplando ya con bastante más fuerza que a la hora de la salida.
Foto cumbre: Pepe Maestre

Pero desde nuestra atalaya a 850 metros en el Collado del Caldero del Cochino no se veía venir la ciclogénesis por ningún sitio.
Bajamos hasta La Vall de Beneixama por una estupenda senda, limpia y ciclable que hizo las delicias de las liebres. Yo mismo llegué a revolcarme de alegría dentro de una coscoja de la que no pude salir sin la ayuda de los compañeros. Ya cruzando el valle en dirección a La Cañada pudimos comprobar que el viento se estaba poniendo realmente serio, y alguno mascullaba entre dientes la que se podía liar a la vuelta si el viento nos daba de cara.
Puente reconstruido del Chicharra . Foto JNAV80
Recorrimos en parte la Sierra de San Cristóbal, primero por su falda y después por la conocida senda de su cresta. Volvemos a bajar para meternos de lleno en el cauce seco del río Vinalopó. Ahora sí, el viento iba en contra nuestra, pero dentro del río nos libramos de su azote y gozamos de casi 9 kilómetros de sendero, rambla, grava, arena, escalones, rampas rocosas, salicornios y, una verdadera lástima, basura. Basura de todos los colores, procedencias, tamaños y calidades. Una verdadera vergüenza que en este país sucede demasiadas veces: algunos piensan que pueden disponer a su antojo y en su beneficio de lo que es de todos; apropiándose del dinero público o llenado las ramblas de su propia porquería.
Puente sobre el río. Foto J Ruescas

Volviendo a la ruta. Saliendo del cauce del río, cerca de Santa Eulalia, sonó algún móvil avisando de que en Yecla estaba diluviando. En dirección a Sax se veían cortinas de agua. El viento arreciaba por momentos, arremolinado y cambiando de dirección. Al final era verdad. La temida ciclogénesis explosiva había llegado a traición. Primero nos puso buena cara para que, confiados, saliésemos a hacer nuestra ruta programada.
Cauce del Vinalopó. Foto J Ruescas
Finalmente desencadenó sobre nosotros un viento frío y una lluvia que se sentía en la cara como perdigonazos. Por si fuese poco, el terreno arenoso, al que José Ramón se tiró con suma elegancia, se tornó arcilloso, con lo que las ruedas empezaron a acumular barro y se hizo imposible pedalear. Más después de ver a Pepe Sánchez por los suelos sin saber lo que había pasado y que por poco estrena su nuevo casco.
Bajo la fuerte lluvia y sobre el barro resbaladizo alcanzamos a pie el puente del Ave que nos sirvió de refugio. Limpiamos el barro, nos reagrupamos y decidimos tirar para adelante. Habíamos salido del barrizal y pronto tomamos el asfaltado Camino de Sax que nos trajo hasta Yecla, pasadas las dos de la tarde. Directamente al lavadero a quitar el barro.
Otra vez, nos tomaremos más en serio al hombre del tiempo.
Las fotografías proceden de Panoramio. Espero que sus autores no se molesten por haberlas tomado prestadas.

6 comentarios :

Diego dijo...

Juan Ramón, muy atinada tu crónica.
Yo no quisiera que a los que sufrimos ayer la pesadilla del barro, fuera ésta la única imagen que nos quedara de esta salida. Toda la parte intermedia de la misma fue realmente bonita: la subida al Morrón, las sendas posteriores (ciclables al 99,9% hasta para mí), la larga rambla del Vinalopó, hicieron que el recorrido fuese muy completo y variado para la bici de montaña.
El peaje que tuvimos que pagar no fue la lluvia torrencial que nos azotó (asumible si se lleva una buena equipación), sino el barro, que en realidad nos puso las cosas muy difíciles solo durante algo menos de un kilómetro. Una batallita que creo que vamos a recordar durante mucho tiempo.

Francis dijo...

Las etapas con penalidades son las que se gravan en la memoria, con el tiempo quedara un grato recuerdo con sabor de aventura.

ANDY dijo...

El deporte, el ciclismo, las rutas de las liebres y la vida mismo, a veces nos sorprenden con obstáculos y se tornan difíciles y complicadas,dando más valor a la superación de estos retos. ¡Enhorabuena a todas las liebres participantes!.
Por lo demás, lo que parece preocupante es que ya nos resulte habitual y no nos sorprendan los frecuentes y reiterados fenómenos de "chorizogénesis explosiva" que salpican la actualidad política de este país. ¿Es la calse política un reflejo de la sociedad? o ¿Acabará la sociedad imitando a esta clase política?.

Juanmi dijo...

El sábado, los más "jóvenes" nos frotábamos las manos. No solo por el frío que teníamos, sino porque, los que no hemos hecho la mili, pensábamos que ya íbamos a tener una batallita que contarle a nuestros nietos. Al final y, tras el paso de las horas, pienso que no fue para tanto. Buena crónica y buena ruta.

Anónimo dijo...

creo que esta todo muy bien narrado por los compañeros solo decir que dias como estos nos hacen mas unidos como peña y te sientes satisfecho de haber vivido una esperiencia un poco aventurera. un saludo

Anónimo dijo...

A la vista de la foto, no era previsible la segunda parte de la pelicula..