A falta de lluvia, en lugar de ir a buscar caracoles hemos salido a tomar un poco el aire por el monte en bicicleta. Y bien que nos ha dado toda la mañana, de frente, de espalda y de costado.
Empezamos por buscar el barranco del Paraíso. Para variar salimos por el camino de la Boca del Cántaro. A continuación enlazamos un laberinto de caminos para llegar a la tendida pista que pasando por el Granillo remonta el barranco del Paraíso, abrigado del fuerte viento del noreste por la sierra de Santa Bárbara, en esta ocasión envuelta en una espesa niebla. Coincidiendo a tramos con la Caudete Dúo Extreme llegamos a la ermita de la cumbre, que nos recibió con las puertas abiertas y nos cobijó del viento y la humedad. Una invitación imposible de rehusar en un día de perros como hacía.
La senda de bajada por el Granillo estaba en un estado inmejorable gracias a la humedad del día y los preparativos de la prueba que se estaba disputando. Seguimos disfrutando sendas en perfecto estado hasta la casa de Cirote, los Tanos y Casa Jaime. Volvimos a reponer agua en su cuidado aljibe y proseguimos ruta por la rambla del Cañizar hasta la Casa de los Aljibes.
El final, que me perdí por prudencia, discurrió al amparo de la Sierra del Cuchillo por la magnífica senda que recorre su umbría. Se debería declarar espacio de interés natural, lúdico, deportivo y paisajístico toda la Sierra y mandar las excavadoras a hacer hoyos a otra parte: el monte será de unos cuantos, pero el paisaje es de todos y protegerlo es un interés público que nuestro Ayuntamiento está obligado a defender, sin tibieza ni medidas tintas, de los especuladores, de la conserjería (sí, conserjería) de medio ambiente, del ministerio de industria y del Nucio del Vaticano si hiciese falta.
Acabando la mañana por la Rambla de la Decarada se completa una ruta extraordinaria que no por cercana y archiconocida deja de ser muy recomendable y del máximo interés.
Empezamos por buscar el barranco del Paraíso. Para variar salimos por el camino de la Boca del Cántaro. A continuación enlazamos un laberinto de caminos para llegar a la tendida pista que pasando por el Granillo remonta el barranco del Paraíso, abrigado del fuerte viento del noreste por la sierra de Santa Bárbara, en esta ocasión envuelta en una espesa niebla. Coincidiendo a tramos con la Caudete Dúo Extreme llegamos a la ermita de la cumbre, que nos recibió con las puertas abiertas y nos cobijó del viento y la humedad. Una invitación imposible de rehusar en un día de perros como hacía.
La senda de bajada por el Granillo estaba en un estado inmejorable gracias a la humedad del día y los preparativos de la prueba que se estaba disputando. Seguimos disfrutando sendas en perfecto estado hasta la casa de Cirote, los Tanos y Casa Jaime. Volvimos a reponer agua en su cuidado aljibe y proseguimos ruta por la rambla del Cañizar hasta la Casa de los Aljibes.
El final, que me perdí por prudencia, discurrió al amparo de la Sierra del Cuchillo por la magnífica senda que recorre su umbría. Se debería declarar espacio de interés natural, lúdico, deportivo y paisajístico toda la Sierra y mandar las excavadoras a hacer hoyos a otra parte: el monte será de unos cuantos, pero el paisaje es de todos y protegerlo es un interés público que nuestro Ayuntamiento está obligado a defender, sin tibieza ni medidas tintas, de los especuladores, de la conserjería (sí, conserjería) de medio ambiente, del ministerio de industria y del Nucio del Vaticano si hiciese falta.
Acabando la mañana por la Rambla de la Decarada se completa una ruta extraordinaria que no por cercana y archiconocida deja de ser muy recomendable y del máximo interés.
3 comentarios :
Terminada la ruta, en la habitual tertulia mientras reponemos líquidos y algo de fuerzas con el pienso de Liebres, coincidíamos la mayoría que la salida se había hecho más dura que de costumbre, el dolor de piernas daba fe de ello; sin duda la adversa climatología algo tuvo que ver, y también los retos que cada uno se fijó durante el recorrido.
Completamente de acuerdo en todo. El viento reinante, el interés y dureza de la ruta y la preservación de la Sierra del Cuchillo. Ante esto último, no se si por confianza técnica o simple ignorancia, confío en que cualquier (prescriptivo) estudio de impacto ambiental (por muy malo o interesado que sea), descartará, por pura lógica, su realización.
Me gustaría ser tan optimista como Andrés, pero no puedo ocultar una gran preocupación y desconfianza. Las empresas no están en situación de perder el tiempo ni el dinero. Desde nuestra óptica está muy claro que llegado el caso la declaración de impacto ambiental será negativa y la cantera no se abrirá. Por eso no se entiende que alguien pueda perder tiempo y dinero haciendo catas para ver si la piedra es buena. Hay motivos para temer lo peor. Ya veremos como emplea el gobierno municipal el poder absoluto que le regalaron los ciudadanos.
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