domingo, 9 de marzo de 2014

Otro sábado más. El Buey y sus aledaños

Ayer sábado, la reunión en los Leones fue multitudinaria, mezclándose en la misma ejemplares de diversas especies (liebres y mochuelos) que recorren, a lomos de sus bicicletos, los caminos y sendas de nuestro querido Altiplano. Una nueva 29er fue presentada en sociedad ya a primera hora. Lo cierto es que la epidemia de las ruedas grandes se extiende por entre la manada y pronto será difícil el encontrar una recamara de 26" entre los atavíos de los componentes del grupo.

Comenzamos nuestro pedaleo por la Ronda Norte y la calle Tejeras hasta cruzar la carretera de Jumilla e iniciar por el camino de la Fuente-Álamo hasta el desvio del cordel de la Flor. En estos primeros compases de la película ya se intuía que, o bien el rtimo del pelotón liebruno había aumentado (servidor pensaba que por el frío mañanero), o bien mi propio desacople para con el grupo me había hecho perder en parte este ritmo, algo que intentaré solventar en las próximas salidas. El caso es que la mañana comenzó fría y, como siempre que empezamos con la Flor y con la variante Komokabras que siempre diremos, los cuerpos comienzan a entrar en calor. Arriba del todo de la Flor reagrupamiento completo del numeroso grupo. Luego a todo trapo para abajo y, llegados a la Casa de lo Alto, división del grupo entre los que optamos por la ruta prevista y los que prefirieron suavizar las cuestas del Buey con un recorrido más llevadero por la Fuente del Pino. Entre estos últimos se encontraba Chirliebre que no quería desfondarse para afrontar con las mínimas garantías La Inmortal de Caudete, celebrada esta misma mañana.

Tras algunas variantes introducidas sobre el track por la zona previa a los Bujes, enfilamos hacia la subida al Buey empinada, dura, fea, aburrida. No escuche ni imaginé ni un solo buen calificativo para esta subida, parece que nos pone a todos (o casi) de acuerdo en cuanto a sus características. Ya arriba almorzamos junto al mismo molino que lo hacemos siempre y charlamos amenamente sobre bicicletas y molinos de viento. Finalizado el descansillo, nos fotografiamos.



El ánsia se apoderaba de los más técnicos ante la senda de bajada que nos aguardaba. Marcos espeta un "vamos Patro, venga".  Los menos duchos en la materia dejamos paso y admiramos la precisión, la técnica, la habilidad y la sagre fría de los número uno. Paco Díaz nos deleita con la "doma" de su nueva montura por la rocosa senda. Abajo nos agrupamos de nuevo. Diego y Pepe deciden continuar por su cuenta. El resto, allá que vamos, enlazando los caminos, los bancales y los recovecos varios que se suceden en continuo sube y baja por la zona de la Amacolla. Aquí, reconocer mi error a la hora de la planificación de la ruta, ya que seleccioné un track, el cual, casualidad que correspondía con una vez que nos confundimos al trazar esta zona. Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces (y las que haga falta) con la misma piedra, pues repetimos los errores de aquel ya lejano día. Solucionado el tema, tanto en la jornada del sábado como en el wikiloc, prometo revisar antes de colgarlos los track.

Alcanzamos la casa Tomás que dá inicio a la senda de subida que voltea el Buey en su zona más baja. El ritmo sigue siendo alto toda la mañana o eso me parece a mi. La bajada por la senda de la umbría está en esta ocasión más "suave" y se deja bajar tomando las precauciones necesarias. Nada que ver con el pasado verano. Tras esto subida y bajada por las sendas de la Umbría de la Pava. Un helicoptero de la benemérita pasa sobre nuestras cabezas. Imagino al piloto hablando por el talkie: ... si, si, aquí están mi comandante, los hemos localizado.... efectivamente, son los Liebres,.... si, si,... efectivamente,.... si, si, como usted me decía, estan realizando una práctica deportiva en medio natural,,.....espero su indicación para detenerles....

Llegados ya a la Rambla de Jumilla, David, Juanfran y yo nos damos cuenta de que ya no nos queda tanto odio dentro (como diría Paco Saurín), y nos volvemos, silbando verano azul, por el camino de los Quiñones para llegar al pueblo a las 12:10 con poco más de 50 Km duros e intensos. El resto supongo que terminarían la jornada con sus correspondientes cervezas en la Peña Taurina, tras atravesar la Rambla de Jumilla y los duros y técnicos repechos de los Castillarejos. 




4 comentarios :

ANDY dijo...

¡Muy buena crónica, Juanmi!. Ya verás, como pronto estarás peleando posiciones en la cabeza del pelotón de liebres. Ah y, por esta vez, nos hemos librado ... de la benemérita.

David dijo...

Juanmi, una crónica estupenada,!!!como bien has dicho ,el pelotón de liebres va cogiendo un ritmo intenso , tendremos k seguir entrenando , no queda otra!!

JRChirlaque dijo...

Me acabo de despertar de la siesta (sí, a las once, ¿qué pasa?) y al hojear el blog me encuentro con esta magnífica crónica. Ayer, haciendo caso a la cabeza me desmarqué de la ruta "oficial", que es la que me pedía el corazón. De verdad que no sé si merece la pena perderse una salida de los Liebres por ir a una carrera. Leyendo tu descripción es como si la hubiera realizado con vosotros. Más habiendo disfrutado la cerveza final con los supervivientes. Muy muy buena, Juanmi.

Diego dijo...

Me gustó especialmente la variante “Fuera Pistas” que hicimos por la Solana del Barranco de las Monjas, en la aproximación a la Sierra del Buey, mucho más divertida que la programada en el track que hacemos normalmente. ¡Aun quedan muchos caminos “buenamente malos” por descubrir!