Esta es la tercera visita que hago al Cuco de los Garganchines en menos de un mes.
De no haber sido por el fuerte viendo de noroeste que azotaba el sábado, habríamos puesto rumbo a Lel para repescar la fallida etapa del sábado anterior. Pero el sentido común nos aconsejó encarar el Camino de los Aragoneses, contra el viento en fila de dos, rumbo a los Rincones de la Fuente del Pinar.
El entretenido recorrido entre pinares nos lleva a Valparaíso. Desde allí el acercamiento al Cuco por su lado norte por el viejo camino sobre losas es un agradable tramo en el que nada más hay que estar pendiente del hito de piedras que señala la corta senda que conduce al Cuco; como siempre el lugar elegido para almorzar.
Enlazamos más tarde las sendas a Casa Cirote, los Tanos y bajada a Casa Jaime, donde reponemos agua en su bien cuidado aljibe.
Al cruzar la Rambla del Cañizar nos metemos en ella y la recorremos casi tres kilómetros hasta la Casa de los Aljibes. El espíritu de las Liebres Fuera Pistas renace en sitios así y al acabar la rambla nos preguntamos por qué no se nos habría ocurrido hacerlo antes.
Para terminar de burlar al viento, que nos esperaba de camino a la Casa del Nene, llegamos a la Sierra del Cuchillo y recorrimos la senda de su umbría, acabando la mañana con la Rambla de la Decarada, con cara de satisfacción y satisfechos tras culminar una magnífica mañana de bicicleta en la que supimos tomar la ventaja al fuerte viento que, salvo en los primeros kilómetros, no nos volvió a molestar.
1 comentario :
A partir del cuco empezó la verdadera diversión.
Un vez que he superado la primera evaluación de sendas, ahora voy a por las ramblas: son divertidas, ¡pero qué duras se hacen!
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