domingo, 13 de noviembre de 2011

El Hombre del Mazo

Ayer sábado, un reducido pero selecto grupo de liebres nos encaminamos en dirección al Carche para explorar  su ladera sur. La ruta prevista fue un "corta y pega" con parte del trazado de la Jaime el Barbudo y diversos tramos frecuentados por aficionados de Jumilla y Pinoso.  Al final pudo más el afán que la cabeza y, a la salida, el libro de ruta indicaba 86 km y 1.800 metros de desnivel. Quiero pensar que la escasa participación de liebres fue por causa de la diarrea vírica o del mal de la "cabeza gorda". Espero que estéis todos muy mejorados y podáis salir de nuevo al campo cuanto antes.
Volviendo a la ruta, y en ausencia de Pepe del Ramo, fueron los GPS quienes nos guiaron con tantos fallos como aciertos. La primera subida en dirección a la cumbre con Santi haciéndome compañía. A mitad de recorrido el primer objetivo, la Senda del Barranco de San Cristóbal. Resultó más interesante su tramo central; el inicio está muy erosionado por el agua y la trialera final está fuera del alcance de la mayoría de los mortales. La subida de 630 a 950 metros compensó la bajada hasta los 470 para volverlos a ascender hasta 920, ahora, por la clásica de Viña P, siguiendo a Diego, que marca como nadie el ritmo de la experiencia. En el inicio de la 1ª senda de la Jaime el Barbudo, alguno de los presentes ya lo advirtió: ojo con el tío del mazo que nos va siguiedo. Y nos lanzamos por una senda realmente agradable y fácil en su primera parte, que se complica un poco al voltear el collado y termina con una traca final peligrosa incluso andando.
De vuelta a la pista principal, a 800 metros, tomamos camino arriba otra vez, en busca del penúltimo collado, por encima de los 950 metros, y allí fue donde me alcanzó el tío del mazo. El caso es que la subida no parece demasiado exigente. Lo peor, con diferencia, había pasado. Pero empiezas a ver que el grupo se aleja más rápido que de costumbre, y que te cuesta mover las bielas. Pero ya queda poco. Veo a Sergio. Igual tiene problemas. Llega una bajada. Esto ya está hecho. ¡No!. El camino tira otra vez para arriba. Ahora es peor, las piernas no responden, ¿meto plato pequeño?, parece que aguanto, suaviza. Vamos, otro poco... Ahora sí, se ve la bajada, he pasado el collado. Bajando ordeno mis pensamientos; se me han terminado las balas; quedan 2 km de subida dura; el del mazo sólo me ha rozado pero no voy a tentar más a la suerte. El grupo está esperando a la vuelta de una curva. Con gran dolor de corazón, me despido. La senda de Pisana quedará para otra ocasión. Sergio y yo tomamos rumbo a Raspay y llegamos a casa a la una y media.
El resto del grupo ya contará si el Hombre del Mazo les alcanzó, y si fue en versión cicloturista o profesional.

6 comentarios :

Gustavo dijo...

Lo que hay que hacer es rutas de ese tipo tambien para los domingos, que a algunos nos toca ó bien currar (un bien escaso dado los tiempos que corren) ó quedarnos de nuestros peques, no estaría mal poner rutas maratonianas como dice Andres algun Domingo.

Anónimo dijo...

Gustavo, como sabes, los domingos suele existir menos quorum y más compromisos familiares, aunque si se avisa con tiempo puede haber asistencia suficiente. Así que, basta con que añadas la salida dominical a la programación del trimestre (eso si que no coincida el día anterior con otra ruta de larga distancia).
Andrés

Anónimo dijo...

Yo en principio pensé que tanta prevención y recomendaciones sobre esta salida habían ahuyentado a muchas liebres de hacerla, pero después, una vez hecho el recorrido, creo que éstas fueron muy oportunas. La salida fue “larga pero dura” como dice un buen amigo. El Tío del Mazo trabajó horas extras la mañana del sábado, ya que a la liebre que no le dio de lleno, la rozó: 87 Km., 5 horas, 1.650 mts. de desnivel acumulado, y como colofón el viento de costado en el camino de vuelta, que terminó de machacarnos las piernas. En fin yo no “sufría gozosamente” tanto desde hacía tiempo. Una de esas salidas que no te dejan indiferente.
Diego

ANDY dijo...

Las recomendaciones, aunque para algunos obvias, no son para asustar a nadie, sino para informar acerca de aquellas rutas que se salen de lo habitual. Así cada cual, sabe a lo que se atiene. Hay que tener en cuenta que, cuando vamos todo el grupo, conviven distintos intereses, gustos, estados de forma, disponibilidad de tiempo, etc.

Francis dijo...

Pues yo no vi al tío del mazo en las 18 curvas.

JRChirlaque dijo...

Francis: ¿Cómo lo ibas a ver, si me perseguía a mi por la subida de Viña Pi?