lunes, 23 de septiembre de 2013

Gavilanes y Liebres: a palo limpio.

La conmemoración del 20 aniversario de la Peña Ciclista Los Gavilanes del pasado sábado 21, último de este verano del 2013, resultó todo un éxito de participación, organización y diversión.

Un gran número de ciclistas, que será mejor no averiguar para no provocar a las autoridades, nos concentramos junto al botellón ferial. Se pudieron ver maillots de todos los Clubs, peñas, tallas, modelos y épocas. Los más pequeños disfrutaron de una marcha adecuada a su condición por los alrededores de Yecla. El resto recorrimos la pista de la umbría del Serral, uno de los lugares del término más visitados por las bicis de ruedas gordas. 
La marcha fue tranquila y neutralizada hasta llegar la monte, donde los manejeros dieron rienda suelta. Y pasó lo que suele pasar: se desbocaron los caballos. Pero pronto se reagrupó la marcha y llegamos, con un poco retraso, al punto de partida.

Allí nos esperaba el opíparo almuerzo que nuestros anfitriones nos habían preparado. Empezamos con un "lunch de pie" a base de oreja a la brasa que nos repuso al instante las fuerzas perdidas. Mucho más eficaz y sabrosa que los geles, barritas y otros ungüentos que te ofrecen en los avituallamientos de las carreras.
Acto seguido los distintos equipos, de uniforme y de paisano, se reunieron en torno a las gachasmigas. Sopa y trago, y de cuando en cuando tropezón con un tocino, chorizo o longaniza. Las sartenes quedaron tan limpias que no hizo falta pasarles ni el trapo. Pero no fue porque las viandas fuesen escasas, que hubo de todo en abundancia. Es que esta tropa come igual que anda en bici: mucho y deprisa.
Los postres y el café dieron pie, al final de las tertulias, a improvisar una salida conjunta para el domingo. De manera que los allí presentes se comprometieron, si sobrevivían a la noche del sábado de feria, para subir al Carche, en bici, por supuesto, al día siguiente.


Y a las ocho en los Leones empezaron a acudir liebres. Que se unieron con los Gavilanes en la Estación de Autobuses. Menudo pelotón. Allí estaba todo el mundo. De camino al Carche nos unimos a los chicos del Club Ciclista Yecla y en pelotón llegamos a la Boquera del Carche donde hubo la primera división.

Por la Cantera de Las Gamellejas y el Camino del Salero de la Rosa llegamos a las placas solares donde acabó la neutralización y arrancó la carrera. Vamos a dejarnos de eufemismos y llamemos a las cosas por su nombre.
La quedada de ayer domingo reunió amigos y conocidos que estaban tiempo sin coincidir en una salida. Y claro, además de mostrar interés por la familia, la salud y el trabajo, había que comprobar el estado de forma de ese amigo al que no ves desde hace meses. Así, las largas y regulares rampas de la subida de La Rosa fueron testigos de una ascensión en la que no hubo tregua desde el principio hasta el fin. El ritmo fue creciendo desde la primera cuesta y se mantuvo al límite hasta el final, que se resolvió, según me contaron, al sprint, después de 16 km en los que Liebres, Gavilanes y allegados resolvieron sus diferencias "a palo limpio" dejando claro el sitio y las fuerzas de cada uno.

Siguió la bajada hacia Raspay por la Rambla de la Yedra, lo que convirtió la ruta en una interesante salida "mixta", al estilo de ambos grupos, y la vuelta a Yecla por donde siempre y como siempre, intentando no perder el tren por el Camino de Abanilla.

Una buena mañana en la que compartimos ruta y esfuerzo con buen ambiente y compañerismo. Y es que  ya se sabe que como la gente de la bici no hay otra, y que todo lo demás, son tonterías.


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