El espartano régimen alimenticio que observamos Las Liebres durante todo el año para mantener el tipo de torero y el infernal ritmo de carrera sólo se ve interrumpido en estos señalados días de Navidad. El ya tradicional almuerzo navideño del Club, próximo ya hoy a convertirse en comida, ha sido esta temporada el punto final a estos días de gastrociclismo relajado, que ya casi cansan. A partir de mañana vuelve el calendario a rajatabla, las rutas de larga distancia y las nocturnas bajo cero. Mientras tanto, aquí aguantamos los últimos coletazos de la Navidad.
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