domingo, 26 de abril de 2015

Ramblas Sierra Salinas: 60 kilómetros obstáculos.

Esta mañana de San Marcos un, por fin, numeroso grupo de Liebres ha puesto rumbo a Salinas para recorrer las atractivas ramblas del norte de su sierra.
Para hacer menos monótono el trayecto de  ida hemos pasado primero por Las Virtudes para hacer la senda del Cabezo, primer obstáculo de la prueba de hoy. Ha sido la primera vez que Las Liebres protestan airadamente por el estado de una senda. Total, por unos ligeros arañazos de nada. No obstante, y como secretario del Club, elevaré una protesta formal ante el Ayuntamiento de Villena solicitando que envíen una cuadrilla con azadas y tijeras para adecentar el entretenido paso.
A continuación enlazamos con el paraje de El Zaricejo por su camino, donde encontramos trampas de arena haciendo las veces de la ría, a falta de charcos o corrientes de agua, que se las han llevado todas a la costa alicantina para dar de beber a los turistas.
Un poco más adelante nos topamos con las dos primeras vallas, puestas por un paisano para hacer suyo un camino público. Cruzamos otra ría sin agua y nos dirigimos hacia Salinas al llegar al asfalto. Es en este tramo donde se halla el obstáculo más difícil de superar de todos. Pasada la curva del Torero es irresistible el magnetismo que ejercen los cantos de sirena que invitan a bajar al parque de las ramas y almorzar sentado admirando las vistas. Pero no hay nada que pueda detener a las liebres hacia su destino y tomamos el camino correcto y no el de la perdición; el que se dirige hacia el Barranco de la Boquera, en el que superamos otras dos vallas y alguna pequeña cuesta sin importancia antes de almorzar. 

Hacemos los San Marcos en el bonito rincón de la foto con barritas y ciruelas pasas a falta de huevo y rollo.
Entramos ahora en la parte más interesante de la ruta recorriendo la zona que sube hasta unos bancales de almendros remontando la parte alta de la Rambla de la Boquera, no sin tener que superar un par de pasos rocosos de extrema dificultad si llevas calzado ciclista. 
Cambiamos de terreno esquivando otra valla y tras una breve pista nos adentramos en otra rambla bajando un pronunciado tobogán que yo diría que todavía no está homologado por la RFEA. Viene después una zona caracterizada por la presencia de sospechosas instalaciones para sacar agua del subsuelo y unas butacas plantadas en las copas de los pinos frente a bebederos artificiales, supongo que resulte mucho más cómodo fusilar perdices, contando además con la ventaja que da dominar al enemigo desde una posición elevada. Desde luego, estos "rambos" han visto "La Fuga de Alcatraz" más de una vez. Todo un ejemplo de gestión medioambiental. 
Salimos del último cercado, hombres y bicis, como quien huye de la miseria saltando la valla de Melilla. Habiendo,  incluso, perdido a varios compañeros en la travesía. 
Todavía quedaba otro tramo de rambla, final del Barranco de la Cuesta del Reloj, en el que nos envolvió el aroma de los jabalíes, a los que no pudimos ver aunque notamos muy cerca su presencia.
Acabadas las ramblas  solo quedan los dos últimos obstáculos para entrar y salir al camino de la puerta verde que recorre el límite de la Sierra.
Vuelta por el Portichuelo y Camino de Abanilla, no sin antes encontrar otra ría, ahora sembrada de piedra removida por el ganado en medio de la vereda, en nuestro trayecto de retorno a casa.
Terminando a la salud de Marcos, que se dejó los cuartos para invitar a los amigos celebrando el día de su santo. Va por ti, y que cunda el ejemplo.

 Una interesante disciplina esta de las carreras de obstáculos con sus vallas improvisadas, sus rías secas y esos curiosos asientos para los jueces de silla en las copas de los pinos. Sería una buena iniciativa, que propongo a los que gobernarán la comarca tras las próximas elecciones, fomentar esta modalidad deportiva, que aúna resistencia, habilidad y tesón, como atracción turística de la Sierra de Salinas. Además sería ideal para entretener a los visitantes del Busto de Adriano o del Tesoro de Villena que harían más amena la obligada espera en esas interminables colas, que nada envidian a las del Eurodisney,  que se forman en las entradas.


1 comentario :

Anónimo dijo...

gran ruta lastima perderse lo mejor por rotura,la proxima no se escapa