sábado, 14 de julio de 2012

Día de fiesta

Se me acaban los calificativos para describir la jornada de esta mañana, pero realmente ha sido una verdadera fiesta. Hemos salido como es habitual a las 7.30 un total de 14 liebres rumbo a la carretera de Fuenteálamo. A la altura del club de tenis nos desviamos a la derecha e iniciamos la subida de todos conocida. Al final de la misma el camino de los montes de Brasil y de allí al Fator, donde el grupo se divide y 5 de los nuestros giran en dirección al pocico Lison y las sendas que lo circundan. Al parecer tenían compromisos gastronómicos ineludibles. Espero que disfrutaran de la mañana igual que lo hemos hecho los 9 restantes que hemos llegado a lo alto del Fator, y que (primera sorpresa del día) en vez de dirigirnos hacia la casa vieja del Cerro, hemos girado a nuestra izquierda por consejo de nuestro secretario Andrés, al cual y desde aquí quiero agradecer el nuevo descubrimiento para alguno de nosotros de una senda por la Magdalena maravillosa, ciclable al 100% y muy, muy divertida (parece mentira que yo este escribiendo esto). De allí a la casa del Cerro, rambla capellanía, rambla gavilanes hasta el Madroño, donde giramos a la derecha y nos encaminamos a la casa del Blandico. Posteriormente las Gateras viejas y la traviesa de la casa Santa, donde por motivos de trabajo perdemos una nueva unidad, la de nuestro queridísimo presidente Paco. Los 8 restante proseguimos ruta hacia las gateras nuevas y de allí a la casa Chispos, y la casa Marta, donde iniciamos la subida hacia la loma donde se encuentra el famoso hoyo, que por cierto ha sido cegado por una sólida capa de cemento. Iniciamos la bajada hacia la Hoya Muñoz y de esta hasta la cantera cercana al Morteruelo, donde tres de nosotros, algo rezagados decidimos hacernos la foto del día. Retomamos el camino y ya todos juntos nuevamente llegamos al caserío del Morteruelo y desde este nos encaminamos rumbo al Arabí, desde cuyas faldas giramos a nuestra derecha (la casa del guardia ha de esperar para una nueva ocasión) y tras recorrer unos caminos bastantes aceptables tomamos la senda (también muy, muy divertida) que serpentea por las inmediaciones de tan querido monte para nosotros. Esta senda desemboca en la rambla del Morteruelo, que realizamos sin dificultad y al final tras una serie de caminos buenos, los 8 llegamos a la casa de D. Lucio. Desde ella nos dirigimos a los Pajonares, donde se produce una nueva y última escisión del grupo.Cuatro deciden continuar por las sendas de las Atalayas y otros cuatro decidimos volver por el camino de Madrid . La vuelta sin incidentes y muy satisfechos por el recorrido que al final nos ha dejado en el pueblo sobre las 12 del medio día y tras recorrer 69 kilómetros (un número bastante erótico por cierto). En conclusión y pese a la continua fractura del grupo inicial, decir que la etapa ha sido bastante gratificante y que sigue siendo un placer (también con algo de sufrimiento) el pedalear con gente tan maravillosa como vosotros.  

2 comentarios :

JRChirlaque dijo...

Siento no haberos acompañado, pero yo tuve la fiesta anoche y no tenía cuerpo para tanto madrugar. Nos veremos el jueves.

Diego dijo...

Totalmente de acuerdo con la estupenda crónica de Francis, el día ha sido redondo: buena ruta, mejor compañía, ausencia de averías… es que hasta la meteorología ha sido buena. Y lo mejor el descubrimiento de la, para mí, nueva senda, que ha sido una gozada de principio a fin.