Quince Liebres nos hemos
reunido para iniciar la temporada de salidas del sábado, después del paréntesis
de las vacaciones, vacaciones en la que todos apenas hemos tocado la bicicleta…
ya se sabe que al igual que en el mus, entre los ciclistas hay algunos que
mienten mucho y el resto bastante. Se dice que el amor y el dinero son lo más difícil
de ocultar, yo añadiría que el estado de forma también, ya que a juzgar por cómo
se ha rodado durante la ruta, algunos no se han bajado de la bicicleta en todo
el mes de agosto.
En nuestra salida de hoy
hacia Jódar y la Casa de la Cueva hemos salido por el Camino de los Aragoneses,
para desviarnos enseguida por el Camino de los Aljibes, buscando la Casa del
Nene y la de las Cebollas, de aquí por caminos “cojonudamente malos” en
exigente sube y baja hacia la Casa Jaime, para adentrarnos en Tobarrillas y
llegar a la Casa de Jódar.
La ruta de hoy ha sido una
bonita variante de la conocida ruta de la Casa de la Cueva, ya que además del
acercamiento a Casa Jaime, las novedades han estado localizadas entre Los
Pozuelos y la Casa de la Cueva, trayecto que hemos recorrido alternando pistas
con caminos rotos, veredas y trochas de ganado, zonas en su mayoría nuevas para
nosotros, que lo han hecho muy divertido. Además de que hemos tenido que
improvisar en un tramo, debido a que habían labrado un trozo de camino por el
que pasaba nuestra itinerario.
Almuerzo bajo los frondosos
pinos a la izquierda de la Casa de la Cueva, y rápida vuelta por las Casas de
Almansa y la Rambla del Agua Salada hasta el Pulpillo. Aquí se divide el grupo,
ya que cinco Liebres, que querían “más madera”, deciden dirigirse hacia la Umbría
del Factor para seguir “saludándose cortésmente” los unos a los otros, y el
resto continuamos con la ruta prevista por el Camino de las Moratillas, que
devoramos a toda velocidad.
Llegados al pueblo nos
dirigimos, por prescripción médica que no por placer, a reponer líquidos, y así
comenzar nuestra recuperación física para la próxima salida. Lo del rodillo
para soltar piernas y descargar ácido láctico de las mismas, lo dejamos para
casa.
En resumen 60 divertidos kilómetros,
que lo han sido más por la estupenda compañía. ¡Así da gusto iniciar el curso!
Fotos cortesía de Patro |
1 comentario :
Realmente hoy he visto a Las Liebres muy cambiadas tras el paréntesis vacacional. No es que se haya hecho la ruta a rajatabla, es que algunos la han alargado por voluntad propia. Y, lo nunca visto: han pedido agua (para beber), y alguien se ha tomado una Fanta. A ver si baja el calor y todo vuelve a la normalidad.
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