Vuelta rápida y fresca, con uniforme de invierno. Por el hondo del campo, la Bronquina, y las faldas del Serratejo y la Sierra de Salinas. Con vuelta por el Portichuelo, la Alberca y el camino de Abanilla. No hemos visto al jabalí, pero los campos recién abonados nos han recordado su inconfundible aroma.
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